Sí, 2019 ya ha empezado y después de estos días de fiesta volvemos a retomar nuestras tareas diarias. Quizás te has marcado nuevos objetivos o es posible que continúes con tus propósitos ya marcados el año anterior o incluso puede que no te hayas marcado nada especial.
Sea como sea que hayas empezado el año, siempre hay un momento que podemos decaer, que no tenemos claro si vamos por buen camino, que dudamos de si estamos viviendo la vida que queremos y puede aparecer la pregunta ¿para qué estoy aquí? Y aunque tus objetivos te hacen levantarte todos los días con una intención, con una meta, sigues sintiendo una sensación de vacío.
Cuando nos pasa esto, tenemos que preguntarnos si en las cosas que estamos haciendo, si en los objetivos y acciones que nos hemos propuesto y en nuestras acciones diarias estamos poniendo nuestro propósito de vida, nuestra misión personal.
Misión
Nuestra misión tiene que dejar un trocito de nosotros en el fondo de todas nuestras acciones, tiene que ver con quiénes somos y con cómo queremos estar en este mundo. Tiene que ver con cómo queremos estar con los demás y con la huella que queremos dejar.
La misión no tiene que ver con objetivos materiales o laborales ni tampoco familiares. En realidad la misión tiene que ver con algo más profundo, tiene que ver contigo, tiene que ver con quien quieres Ser en tu paso por este mundo.
Nuestra misión está de fondo y nos tiene que acompañar en todas las cosas que hacemos.
Nuestra misión responde a la pregunta ¿para qué estamos aquí?.
Así que, si no la tienes ya, te propongo que busques tu declaración de misión. Puede ser una frase más corta, como la declaración de tu propósito de vida, donde se refleja de forma metafórica quién eres y cuál es tu impacto en el mundo:
“Yo soy el rayo(metáfora o adjetivos) que te invita a conocerte y conectar con tu interior (tu impacto en el mundo).”
“Soy la Luz del Viento que ilumina tu corazón”.
O puede ser una declaración de misión con varias frases donde indicas quién eres en tu día a día y en tu relación con los demás.
“En mi día a día soy una persona amable y alegre que se preocupa por los demás. Me relaciono de forma empática y amorosa con mis hijos y cuido las relaciones con mi familia y amigos.”
Esta declaración de misión puede ser común a los diferentes ámbitos de tu vida, aunque la puedes personalizar en los diferentes roles que tienes, madre/padre, hija/hijo, esposa/esposo, amigo, etc.
Otros ejemplos de declaración de misión puede ser:
“Ser amor en las relaciones con las personas para llegar a su corazón”
“Ser presencia para acompañar a las personas en su despertar”
Si buscáis en internet podéis encontrar varias propuestas para hacer vuestra propia declaración de misión personal. A mí me ha servido la que se propone en el libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, pero lo importante es que muestre quién quieres ser en las cosas que haces y en tu relación con los demás y que quede de fondo en todos tus objetivos, en tus metas, en tus logros.
En mi caso personal he ido desarrollando varias de las fórmulas, la declaración de propósito de vida, mi misión y mi misión en mis diferentes roles.
En los procesos de coaching con los clientes siempre dedico una sesión a formular la declaración de propósito de vida, de forma que el cliente se pueda preguntar en qué ámbitos de su vida quiere poner más ese propósito y sea un impulso para el cambio.
Así que si no la tienes, querida lectora, querido lector, te invito a que encuentres tu declaración de misión personal y si ya la tienes tenla presente en tu día a día. Y si sientes que algo no funciona bien, si sientes que las cosas que haces no tienen sentido, si sientes una especie de vacío pregúntate, ¿estoy poniendo mi misión en esto que estoy haciendo?
Y cuando vuelves a tener presente tu misión en tus pensamientos y en tus acciones, vuelves a sentir paz en lo que haces, vuelves a dar sentido a tu vida y a sentirla plena.
¿Te animas?
Jordi says
Gracias Ade!
Tu carta para mí hoy, especialmente inspiradora!!